SANCHO, TE DIGO QUE SON GIGANTES…
No existía mejor ocasión para hacer coincidir la tarea final de Don Quijote con el Día del libro, 23 de abril, fecha conmemorativa del fallecimiento de su autor, Miguel de Cervantes, junto con otros dos grandes de la literatura universal: Shakespeare y Garcilaso de la Vega.
Ha sido una oportunidad singular para beber de la cultura y brindar por el placer de leer. Y caminando en esa dirección, no cejamos en nuestro empeño de reparar el daño que están haciendo los “economistas del lenguaje” en su afán continuo de acortar palabras. Vaya por delante nuestro interés por superar estos “recortes” y apostar por una correcta expresión, que solo conseguiremos abrazando la lectura.
El broche final ha sido la recitación por relevos del primer capítulo de El hidalgo caballero don Quijote de la Mancha. Las condiciones meteorológicas, desgraciadamente, no nos han acompañado y el acto se ha limitado a la escucha de nuestros lectores por megafonía.
La lectura la presentó Jorge (alumno del Aula Específica) y la continuaron los alumnos/as de infantil de tres, cuatro y cinco años (Lucía, Manuel, Antonio, Eduardo, Ezequiel, Nayla y Carla) hasta los de primaria (Álvaro, Carla, Guillermo, Sofía, Stella, Pablo, Ana, Raúl, Ariadna, Pablo, Sofía, Irene, Darío, Pablo, José, Marta, Javier y Natalia).
Siguiendo las recomendaciones y consejos tan acertados del hidalgo caballero, en este día también hemos querido premiar la clase más lectora del centro (1° A) y al alumno más asiduo (Antonio García-Marquez), en lo que a préstamos de nuestra biblioteca se refiere, haciéndoles entrega de un diploma acreditativo, porque “al bien hacer jamás le falta premio”.
Y como la ingratitud es hija de la soberbia(volvemos a tomar la frase de D. Quijote), no queremos pasar por alto esta oportunidad para agradecer la colaboración de todos los compañeros/as del centro y especialmente a las compis de Infantil, que por la edad de los pequeñines, sin saber aún leer, lo han tenido más complicado que el resto. Sin embargo, y sin lugar a dudas, solo por escuchar la ternura de sus vocecillas ha merecido sobradamente la pena.
Ponemos fin (de momento) a la secuencia didáctica dedicada al ilustre caballero, porque sabemos de buena tinta que aún queda la traca final a cargo de nuestro grupo de padres/madres actores, que nos tienen reservada la “gran sorpresa”.
Es ya hora de hacer una parada en este divertido y entrañable camino para disfrutar del audio y algunas fotos. Y, cómo no, a invitaros a seguir leyendo, porque nuestro quijotesco y querido protagonista ya nos avanzaba que “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
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Rosario C. Jiménez Polo (responsable de biblioteca)